martes, 28 de abril de 2015

Abril 26

            12) ¡Oh, si yo también hubiese podido estar presente, si hubiese podido oir tus dulces palabras, si junto a la ventana hubiese podido escuchar disimuladamente y captar con diligencia las palabras de mi Señor Jesucristo dirigía a su  Madre acerca de las alegrías de los ciudadanos del cielo, sin que ningún otro escuchase conmigo! Cómo se habría estremecido de gozo mi corazón, en el Señor, si yo hubiese podido conservar algunas de aquellas palabras, qué aliciente me habrían aportado en el peligroso destierro de este mundo. Probablemente se trataba de palabras que a ninguna persona le está permitido repetir, pues deben ser conservadas en lo profundo del corazón y meditadas con jubilosa intimidad.

Abril 25

           11) Te alabo y te honro, con todos tus santos y con todos tus fieles devotos del mundo, por el dulce coloquio y por el íntimo encuentro que tuviste con tu amadísima Madre María en su aposento, aislado de todo el bullicio exterior, durante el cual conversaste con ella de los sobrenaturales misterios del Reino de Dios, de los goces del paraíso, de los coros de los ángeles, de las almas santas sacadas del lugar de la espera y conducidas a las alegrías del cielo, junto con Enoc y Elías.

lunes, 27 de abril de 2015

Abril 24

          10) No enviaste un ángel, no un arcángel, no a Miguel, ni a Gabriel, ni a Rafael, tus mensajeros oficiales, ni a ninguno de los dignatarios terrenales, distinguidos, adornados de oro, plata y piedras preciosas, a visitar a tu Madre, Reina del cielo, nuestra amada Señora; sino que nadie lo supiese y sin ningún aviso previo, para visitar y consolar a tu Santísima Madre. Ella estaba en oración y rebosaba de fe, en la expectativa de tu retorno del sepulcro con el cuerpo glorioso. Sabía, efectivamente, que acerca de tu pasión y resurrección, todo tenía que suceder como tú mismo lo habías dicho y según mucho tiempo antes lo anunciaron los profetas. Pero este, que tú has querido, es un día de alegría y que debe mantenerse como el más santo y el más jubiloso entre todos los días más sagrados.

jueves, 23 de abril de 2015

Abril 23

          9) Tú que en las bodas de Caná, por exhortación de ella, cambiaste el agua en excelente vino, cuando regresaste del lugar de los muertos y después de haber vencido a los enemigos con mayor poder y más eficaz milagro cambiaste la muerte en vida, la cruz en gloria, el llanto materno en alegría y el miedo de los discípulos en sempiterno gozo.

Abril 22

            8) Obraste perfectamente, Óptimo Jesús, cuando visitaste con sentimiento filial a tu amadísima Madre, la saludaste con respeto, le hablaste con dulzura, la consolaste cordialmente y, al mostrarle la felicidad de tu rostro, hiciste desvanecer toda su tristeza y las dolorosas lágrimas de sus ojos. Tan pronto como llegó a verte, desaparecieron el dolor y los gemidos; cuando hablaste a su corazón, descendió en ella el Espíritu Santo más que en los apóstoles, embriagando de alegría su alma.

Abril 21

          7) Por lo cual, es justo que en el día de hoy mientras está delante de ti, que te apareciste a ella en el fulgor de tu gloria, María se haya vuelto más feliz de lo acostumbrado y se sienta colmada de nuevos consuelos, después de haber sufrido más cruelmente y llorado con más amargura que los otros, durante el transcurso de la pasión. Ahora, Señor, has cumplido tu promesa, que hiciste en la última cena a los apóstoles para consolarlos; y la cumpliste de forma más verdadera para con tu aflijida Madre: "No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes" (Jn 14, 18); "Yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar" (Jn 16, 22).

lunes, 20 de abril de 2015

Abril 20

          6) Con cuánta atención fijó sus ojos en tu cuerpo glorioso, que antes había visto duramente llagado por crueles azotes, clavado en el madero de la cruz, atrozmente horadado en el costado derecho por la lanza de Longino y, a continuación, muerto y depositado en el sepulcro.

domingo, 19 de abril de 2015

Abril 19

          5) ¡De qué inefable gozo se sintió inundada en ese momento María, tu Madre, cuando te vio a ti, su Hijo, adornado de claro resplandor, con el cuerpo glorioso, más espléndido que la luminosidad del sol y más hermoso que todas las estrellas! Qué indecible y jubilosamente exultó su espíritu en ti, Jesús, Dios, su Salvador: más que nunca en todos los días de su vida terrenal.

sábado, 18 de abril de 2015

Abril 18

            4) Por consiguiente, si María es llamada Bienaventurada y recibe alabanzas, por haber creído en las palabras del ángel Gabriel, cuando le anunció el sagrado misterio de la encarnación, tanto más debe ser digna de ese título y merecer alabanzas, por haber creído en ti, el Hijo nacido de ella, y en todas tus obras. Y mientras los otros todavía dudaban, se mantuvo firme en la fe y no vaciló en lo más mínimo.

viernes, 17 de abril de 2015

Abril 17

          3) Ella no fue con las otras mujeres a visitar tu sepulcro, no por debilidad, por miedo o por  la intensidad del dolor, sino porque abrigaba la total certeza de que ibas a resucitar al tercer día. Por lo cual, esperanzada en que acudirías a su encuentro, se quedó en casa, para rezar y aguardar tu llegada con enorme deseo. Precisamente por eso mereció ser la primera en verte: porque te amaba y te deseaba, había creído en ti y no había dudado jamás de tus palabras.

miércoles, 15 de abril de 2015

Abril 16

           2) Es piadoso y justo pensar en ello a causa de tu piedad filial, y creerlo por el honor de tu Santísima Madre, dado que en todas tus obras eres bueno y misericordioso.Es lo que deben creer devotamente también todos los fieles, porque tú has ordenado honrar a los padres y consolarlos cuando están tristes. Por eso, antes que a ningún otro, visitaste a tu Santísima madre, aflijidísima por tu pasión; y con tu presencia la recreaste aliviándola de todo dolor y tristeza, y la hiciste gozar indeciblemente.

Abril 15

Capítulo VII

María y el misterio de la resurrección

         1) Te bendigo y te doy gracias, Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios-que te encarnaste por nuestra salvación en el seno de la Virgen María- por tu gloriosa y verdadera resurrección, que hoy ha tenido lugar; y sobre todo por tu aparición sumamente jubilosa y secreta, que te dignaste conceder a tu Santísima Madre María, mientras se hallaba en oración en su solitario cuartito. Te estaba esperando con inmenso deseo, y con la confianza de que te aparecerías a ella- antes que a todos tus piadosos amigos y a las santas mujeres que eran dignas de tu afecto y familiares-, a fin de consolarla con incomparable dulzura y confortarla mediante tu presencia corporal en el ropaje de la alegría y en la gloria de tu inmortalidad.

martes, 14 de abril de 2015

Abril 14

          3) ¡Oh piadosa Madre de Dios!, Virgen María, te ruego me seas propicia: cancela todos mis vicios con tus dolores y con tu devotísima intercesión. Carísima María, socorre mi alma en la última hora de mi vida, y acude con la multitud de los ángeles y de los santos a defenderme contra los terrores del enemigo y los sufrimientos del infierno. Acuérdate de la sangre preciosa e inocente en la muerte de tu amado Hijo Jesucristo, sufrida a causa de mí pecador; de su costado herido y de todas las lágrimas que derramaste en tu entera vida; y ten compasión de mí. A ti suspiro, en tus méritos confío, "oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María". Amén.

Abril 13

           2) ¡Ah, si yo hubiese podido seguir entonces las huellas de los pies de mi Señora y hubiese podido en secreto recoger en un recipiente sus cálidas lágrimas, no para lavar mis pies, que a menudo he manchado en pos de malos pensamientos y de afectos indecentes, sino para lavarme las manos y la cabeza, esto es, las palabras y las acciones malas, para el perdón de todos mis pecados cometidos cada día!

lunes, 13 de abril de 2015

Abril 12

Capítulo VI

Oraciones a María que llora junto a la cruz

           1) ¡Oh, piadosas, santas y dolorosísimas lágrimas de la bienaventurada, pura y siempre Virgen María, que brotaron de sus ojos, el día Viernes Santo, debido a su íntima "con-pasión" con Cristo y su amadísima pasión y muerte en cruz; cuando se deslizaron copiosamente a lo largo de sus mejillas y de su pecho hasta el ruedo del vestido y empaparon el velo de su sagrada cabeza; y, al caer sobre sus santos pies, rociaron el polvoriento suelo!

sábado, 11 de abril de 2015

Abril 11

          22) Asísteme en ese momento Santísima Madre de Jesús, con la dulce comitiva de tus vírgenes y con la sagrada congregación de todos los santos, como asististe hasta el final a tu dilectísimo Hijo que estaba por morir en la cruz, dado que, después de tu Hijo unigénito y Señor mío Jesucristo, no encuentro en mis necesidades un alivio más grande y solícito que el tuyo, oh benignísima Madre de todos los aflijidos.

Abril 10

          21) Oh única esperanza, gloriosa Virgen María, ven a mostrarme tu rostro, antes que mi alma abandone mi cuerpo; y "vuelve a mí tus ojos misericordiosos", con los que miraste muy a menudo con intensa alegría a Jesús, "el fruto bendito de tu vientre": ojos marcados por tantas lágrimas durante su pasión.

jueves, 9 de abril de 2015

Abril 9

          20) Oh Clementísima Santa María, mi Señora, fidelísima abogada de los cristianos, te ruego por todos tus altísimos méritos, con los cuales complaciste a Dios en sumo grado; por todas las atenciones que con gran afecto tuviste hacia tu Hijo, y por todas las lágrimas que derramaste en su tan dolorosa pasión: dígnate tener compasión de mí, tomarme bajo tu cuidado con maternal amor y ponerme en el número de tus servidores, que de modo particular forman tu entorno y son los más amados por ti.

miércoles, 8 de abril de 2015

Abril 8

            19) Misericordiosísimo Jesús, Hijo de María, te ruego que me concedas el don de lágrimas y que hieras mi corazón con un profundo y compasivo afecto, con el que bien sabes que estuvo acongojada tu piadosa Madre. Mírame con los ojos compasivos con que miraste a tu Madre y al discípulo Juan, que estaban junto a la cruz entre sollozos, en el momento en que encomendaste sucesivamente el uno al otro, dándoles este último adios: "Aquí tienes a tu hijo, aquí tienes a tu Madre". Te ruego que me visites con tu gracia cuando esté a punto de morir; y hazme sentir también a mí las palabras que Juan oyó desde la cruz: "Aquí tienes a tu madre", para que al oir estas palabras, mi alma no tema al "enemigo rugiente" (1Ped 5, 8).

Abril 7

          18) La benignísima Madre de Jesús sabe bien compadecerse del que sufre. Aprendió de lo que ha sufrido a tener afectuosa compasión de los aflijidos. No se olvidará de sus pobres devotos, acudirá al encuentro de sus oraciones, ayudará a los que la invocan con preseverancia y será propicia para con los que la sirven.

Abril 6

         17) Si observas a todos los amigos de Dios, no encontrarás ninguno que haya navegado por el mar de esta vida sin duras pruebas. Por lo tanto, recoge de la imagen del Crucificado y de su bendita Madre el ejemplo de una incansable paciencia, y no temerás más soportar sacrificios por tu salvación y por la recompensa de la infinita bondad de Jesús. Obrando así, podrás gozar de la visión de su rostro por toda la eternidad.

Abril 5

         16) Intenta por consiguiente, alma devota, grabar estas cosas en tu corazón. Sé tranquilo y fuerte cuando venga el momento de la tentación. No te turbes ni te desesperes, si llega a faltarte aquello que tanto amas o si se te niega lo que consideras que es necesario para ti. Los amigos de Jesús son a menudo probados con gravísimas aflicciones porque si Dios no escatimó penas ni siquiera a su Hijo sino que por nosotros lo abandonó en gravísimos tormentos, ¿cómo pretendes un trato mejor? Si Cristo no se buscó a sí mismo, pero fue obediente y propenso a soportar incluso hechos sumamente viles y dolorosos, ¿por qué tú temes tanto la fatiga y el dolor, y en cambio, por amor al Crucificado, no abrazas las realidades ásperas y duras? Si él reservó a su Santísima Madre numerosas contrariedades en la tierra; si permitió que con frecuencia pasase por muchas tribulaciones y sufrimientos, ¿cómo se entiende que tú podrías vivir sin pruebas?

sábado, 4 de abril de 2015

Abril 4

          15) Oh todos ustedes, los que pasan por el camino del Calvario, miren la dolorosa presencia de la santísima Virgen María: dirijan la vista hacia la derecha de la cruz y observen a María, Madre de Cristo. No puede haber un dolor semejante al suyo; no hubo jamás en el mundo una madre que se haya compadecido de sus propio hijo con tanto amor, ya que por cuantas heridas recibían los miembros de Jesús, otras tantas se producían en su alma; tantas veces volvía a ser mártir, cuantas veces contemplaba las cruentas llagas del Hijo.

viernes, 3 de abril de 2015

Abril 3

          14) La rutilante Estrella del mar es sacudida por numerosas y angustiantes tempestades; pero su mente, que permanece fija en Dios, no es vencida por las perversidades humanas. Está pues erguida junto a la cruz, con constancia y paciencia, con fidelidad y amor, sin temer a los que la amenazaban de muerte y sin evadirse de quienes la maldicen. Todo lo soporta con tranquilidad de espíritu, y se esfuerza por competir con su Hijo humillado, no respondiendo nada a sus tan crueles enemigos. No utiliza expresiones de desdén ni hace gestos de indignación. Solamente emite profundos gemidos, llora con amargura, se apesadumbra con ansiedad, se compadece en lo íntimo y experimenta una inmensa aflicción. No se irrita con los crucifixores, ruega empero por los calumniadores, se entristece y se lamenta a causa de los que se burlan y blasfeman de Cristo. Por lo tanto, está de pie junto a la cruz en un mar de lágrimas, y con su ejemplo de mansedumbre ofrece el consuelo de la paciencia a todos los atribulados.

jueves, 2 de abril de 2015

Abril 2

          13) Ve pender de la cruz, entre dos ladrones, al que tantas veces había visto obrar milagros en medio del pueblo; contempla, vuelto casi como un leproso por el estrago de las heridas, al que había concedido la curación a muchos leprosos; mira, oprimido por innumerables dolores, al que había expulsado el dolor de los enfermos; contempla, vencido por la muerte, al que había hecho retornar a la vida al difunto Lázaro. Todas las alegrías se trocaron en tristezas, y todas las cosas dulces en amargas.

Abril 1

          12) ¡Es verdaderamente grande este llanto en Jerusalén! Detente, pues, tú también un poco, y aprende a llorar de la Virgen María: sus amargas lágrimas podrán conmover tu corazón en lo más profundo. Hela ahí de pie junto a la cruz, atormentada por intensos dolores, a aquella que un lejano día, frente al pesebre, estaba colmada de celestiales armonías. Se siente oprimida por el clamor de los judíos, ella que en otro tiempo fue honrada por los reyes magos; está toda salpicada de sangre de su Hijo, ella que había experimentado la caricia de su cándido aspecto.

Marzo 31

          11) Compadece ahora alma mía, a la Virgen dolorosa, a la Madre lacrimosa, a María amorosa. Si amas a María, debes compadecerla por sus dolores tan numerosos, para que te socorra en tus penas. ¡Qué cuadro!: la Santa Madre llora a su único Hijo; llora María de Cleofás a su querido pariente; llora María Magdalena al médico de su salud; llora Juan a su dulcísimo Maestro; lloran todos los apóstoles a su Señor que han perdido. ¿Y quién no lloraría entre tantos amigos que lloran juntos?