jueves, 30 de julio de 2015

Julio 30

          7) Carísima María, ven con tu dulce presencia a visitar mi corazón en sus tribulaciones, ya que sabes tan bien mitigar sus dolores y reconducirlos a una atmósfera de paz. Ven, piadosísima Señora, con una nueva gracia de Cristo, y con tu santa diestra levanta a tu servidor. Ven, elegida Madre de Dios, y muéstrame la bien conocida amplitud de tu misericordia, ya que, como lo ves, me encuentro mal parado; pero no me he olvidado ni me olvidaré jamás de ti. Ven, pues; ven mi esperanza y mi dicha, Virgen María, porque si tú vienes y me hablas, vendrán a mí todos los bienes; y en cambio, todos los males se mantendrán alejados.

Julio 29

          6) No pido cosas difíciles o imposibles, sino sólo esta: dime una palabra de íntimo aliento, que me dé gozo y alegría. Acudo a ti en la necesidad; recíbeme, pues, con rostro benigno. Tu servidor sabrá que ha hallado gracia ante ti, si le concedes algo amorosamente. Esto es, si no te demoras mucho en otorgarle el consuelo que implora de ti.

martes, 28 de julio de 2015

Julio 28

          5) Por eso, muy amada María, rica y generosa en dones, admirablemente suave en tus expresiones de gracia, confórtame con tus amonestaciones, tú, en cuyo seno virginal habitó la Suma Sabiduría, el Espíritu Santo desde el principio te consagró, el ángel te custodió, el arcángel te instruyó y el poder del Altísimo te cubrió con su sombra. Di solamente una palabra y mi alma será consolada.

Julio 27

         4) Oh Madre tan benigna, presta oídos a mis plegarias; ofréceme, oh Virgen, tu jarro y dame un poco a beber. De la sobreabundancia de gracia que hay en ti hasta rebasar, derrama sobre mí un pequeño consuelo. Me es muy necesario en este momento y siempre viene bien, ni me desagradaría aunque fuese pequeño, puesto que una sola gota, escurrida de tu rostro a mis labios, es tan eficaz e importante que, en comparación, es vil e inútil cualquier elemento agradable de esta vida.

domingo, 26 de julio de 2015

Julio 26

         3) Yo acudo a ti con mucha frecuencia y con gran esperanza, para merecer siempre ser favorecido por tu auxilio y reanimado por el aliento de tus palabras, tanto si los asuntos me marchan bien como si me marchan mal. Si tú nos ofreces tus consuelos, ¿qué tristeza puede tener lugar en el corazón?, ¿cómo el enemigo podría dañar al que siempre puede recurrir a ti?

sábado, 25 de julio de 2015

Julio 25

          2) No me aparto, ni te dejo. Permaneceré siempre a tu lado, hasta que te compadezcas de mí. Conozco tu incomparable dulzura y el maternal afecto de tu corazón, tan ardoroso por la abundancia del divino amor, que resulta inconcebible el temor de que llegue a faltar tu consuelo.

Julio 24

 Capítulo III

Oración a la Bienaventurada Virgen 
para obtener consuelo

          1) El hijo. Misericordiosísima María, Madre de Dios, recibe a tu siervo que se dirige a ti en cada tribulación. Purísima Virgen, recíbeme como al único que no tiene quien lo consuele. Oh Señora mía, fíjate en mi aflicción y ábreme el seno de tu misericordia. Heme aquí: yo llamo, grito, pido y adoro.

jueves, 23 de julio de 2015

Julio 23

          4) Te ruego, además, que tu crucifixión esté en el centro de mi reflexión, que mi estímulo sea el dolor de tu Madre, y mi intercesión el llanto de san Juan. Te ruego que la imagen desgarradora de tu muerte no permanezca sin producirme una profunda com-pasión del corazón. Haz de modo tal que, cuando recuerde tu pasión, o vea un crucifijo, sienta dentro de mí lo que les permitiste sentir a muchos devotos, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Julio 22

          3) Como de ti proviene todo don, acepta en tu honor este deseo mío: que a partir de este momento y para siempre en mí se encienda, crezca y sea cada vez más profundamente sensible la memoria de tu santísima pasión, como también el recuerdo particular de tu gloriosa Madre, junto con tu predilecto discípulo y su custodio Juan; pero acepta igualmente el deseo de que mi vida sea mejor.

Julio 21

          2) Dulcísimo Jesús, ruego por la abundancia de tu misericordia que me concedas compadecerme de todo corazón de tus penas y también de los dolores de tu Santísima Madre, y derramar abundantes lágrimas al pie de la cruz junto con tu predilecto discípulo Juan, su fidelísimo custodio. Ten por cierto que para mí sería un alivio si, frente a la imagen de tu cruz, pudiese derramar lágrimas incluso exteriormente a causa de la intensidad de mi compasión por ti, que derramaste toda tu preciosa sangre por mí.

lunes, 20 de julio de 2015

Julio 20

Capítulo II

Oración ante los sufrimientos de Cristo y de su Madre.

          1) El hijo. Doblo las rodillas ante ti, Señor Jesucristo, a quien contemplo suspendido en la cruz por mi. Te saludo, venerable imagen de mi Señor Jesucristo crucificado, por cuya sangre fui rescatado de manos del enemigo. Te agradezco, Salvador del mundo, que por mí hayas afrontado esta dolorosísima muerte.

Julio 19

          6) Que todo el género humano te alabe, glorifique, venere en sumo grado y te ame íntimamente con máximo júbilo del corazón y con purísimo afecto, a ti, la más bella Reina de todas las vírgenes, oh siempre Virgen María, constituida como medianera de todo el mundo. Y que toda criatura del cielo y de la tierra, que Dios creó para alabanza y gloria de su altísimo nombre, eleve hasta ti, en acción de gracias, las más dulces melodías.

Julio18

          5) Estrella luminosísima que brillas en el cielo; Reina de la Gloria, Señora del mundo, ninguna virgen llena de celestial virtud puede parangonarse con tu virginal belleza dado que, después de tu único Hijo Jesús, eres la primera entre todos los santos y santas, como asimismo la más noble criatura que Dios Padre previó antes de todos los siglos y creó en la plenitud de los tiempos, para que fueses la Madre Virgen de tu unigénito Hijo, dado a luz con estupendo gozo, inefable y eterno milagro, para la salvación de todos los creyentes.

domingo, 19 de julio de 2015

Julio 16

         3) Si así no fuera, ¿cómo podría infundirse en los miserables y en los pecadores una dulzura tan intensa en el consuelo, y cómo podría comunicarse tanta esperanza de perdón? Por otra parte, tu no podrías ser menos, ya que llevaste en tu seno durante nueve meses a Jesucristo, fuente de infinita bondad.

Julio 17

      Tu eres la honra del cielo, el gozo y la dicha de todos los santos, la almohada revestida de oro del Santo de los santos, el alborozo y la expectación de los Padres antiguos. Por tu intermedio, Madre bendita y Virgen elegida de singular manera, a los que piden la misericordia divina se les promete y concede el perdón de los pecados, la gloria de los hijos de Dios y la bienaventuranza en el Reino de los cielos.     

miércoles, 15 de julio de 2015

Julio 15

          2) Virgen María, rosa de oro, toda suave y bella, ruego que lleguen a ti mis oraciones, que elevo con insistencia. Por medio de ellas yo golpeo a la puerta de tu morada en la casa del Señor, confiado en tu generosa misericordia ahora y en cualquier momento de tribulación, porque eres Madre de la misericordia y a través de ti el pecador alcanza las más grande esperanza de perdón. Pero tu bondad y tu piedad son mayores de lo que nosotros podemos pensar en la tierra, puesto que estás más allá de toda alabanza y de la gloria de los santos, e incluso superas a los ángeles en dulzura y mansedumbre, Virgen Bienaventurada y Venerable Señora.

Julio 14

Libro cuarto

ROGAR Y CANTAR A MARÍA

Capítulo 1

Oración para el amor y la alabanza de
la Bienaventurada Virgen María

          1) El hijo. Te ruego, benignísima Madre de Dios, Virgen María, que te dignes manifestarme ahora y por siempre a mí, tu pobre y débil servidor, tu misericordia y tu suavísima caridad, de las que estuviste colmada, y que me inocules en lo más profundo del corazón la dulzura que atesoras en el pecho y guardas escondida en tu sagrado seno, para que yo pueda amar con pureza e integridad de sentimiento, y alabarte con gran devoción y por encima de todas las cosas a ti, bendita Madre, y a tu Hijo unigénito y Señor nuestro Jesucristo. Con lo cual yo recibiría un gran beneficio, porque durante todos los días de mi vida en la tierra serviría con amor y fervor de espíritu a ti y a tu único Hijo.

lunes, 13 de julio de 2015

Julio 13

          6) Feliz el peregrino que no pide quedarse en este mundo, pero desea desatarse y estar con Cristo en el cielo. Feliz el pobre y mendigo que cada día extiende la mano, para recibir el pan del cielo, y que, mientras no reciba por lo menos una migaja, no cesa de suplicar humildemente delante de la mesa de Dios. Dichoso el que es invitado a la cena del Cordero y recibe su sacramento, mientras no llegue al supremo convite. En efecto, cada vez que alguien comulga con devoción o un sacerdote celebra con recogimiento en honor de Dios, espiritualmente comen y beben con Jesús bendito y con su Madre. Quien obra así es discípulo de Jesús, íntimo de la bienaventurada Virgen María, compañero de los ángeles, conciudadano de los apóstoles, familiar de Dios, pariente de los santos y amigo del cielo. Él huye del bochinche y de las chácharas, medita las palabras de Jesús y controla con diligencia su corazón junto con los demás sentidos, para no ofender a Jesús, a María y a los otros santos.

domingo, 12 de julio de 2015

Julio 12

          5) No abandones a Jesús, si deseas vivir y gozar por siempre con Jesús y María. Camina bien y con seguridad quien lleva en el corazón a Jesús y a María; los tiene siempre en los labios y los bendice; los llama con la voz y siente cómo se regocija su propio corazón; los invoca con la mirada, suspira con el semblante, los aplaca con besos, los abraza y los suplica de rodillas. Dichoso el que invoca a menudo y saluda con devoción a Jesús y a María, el que los recuerda con cariño, los honra y canta festivamente en su honor. ¡Qué dulce es Jesús y qué dulce es María, su amada y santa Madre! Feliz el peregrino que, en todo lugar y en todo tiempo de su exilio en el cuerpo, se acuerda de la patria celestial, donde Jesús y María gozan con todos sus ángeles y santos en la más grande alegría y en la gloria eterna.

sábado, 11 de julio de 2015

Julio 11

          4) Esta santa invocación: "Jesús y María", es breve para decir y para recordar, pero también es dulce para meditar. Es eficaz protección, custodia fiel, amiga en el camino, dulce consuelo, auxilio poderoso, prudencia y perseverancia en el recto camino hacia la vida eterna, para todo débil peregrino que desprecie las mundanidades; ella posee la fuerza de los mejores y más aguerridos combatientes que están al servicio de los reyes y de los príncipes de este mundo, y también de los santos del cielo y de la tierra. Ella une en el fervor espiritual a todos los ciudadanos del cielo, que siguen con todo respeto a Jesucristo y a María Santísima, su amada Madre, incomparablemente digna de toda alabanza y de todo honor de parte de cada cual. Por lo tanto, el que cuenta con Jesús y con María como compañeros en el camino de esta vida, los tendrá como afectuosos abogados en la hora de la muerte.

viernes, 10 de julio de 2015

Julio 10

          3) Que Jesús y María estén siempre conmigo en el camino, en todo lugar y en todo momento, como buenos guardianes, para no correr peligro de equivocarme por senderos peligrosos y para que no me distraigan tantos fantasmas interiores y exteriores.

Julio 9

           2) Por lo tanto, cualquiera sea el sitio al que te dirijas, cualquiera el lugar en que camines o te detengas o te establezcas, invoca a Jesús y a María, su dulce Madre, repitiendo con amor esta santa invocación: "Señor, mi Dios, dirige mi camino delante de ti", y añadiendo esta otra semejante: "Oh buen Jesús, haz que sean firmes mis pasos a lo largo de tus caminos, a fin de que no se alejen para mirar las vanidades o para discurrir acerca de temas ociosos y nocivos para mi alma". Repite esta dulce invocación incluso cuando te dispones a tomar tu alimento, y tenla siempre al alcance de tu mano, como un bastón en que apoyarte, reiterándola a menudo con devoción.

miércoles, 8 de julio de 2015

Julio 8

Capítulo VII

Invocación de los santos nombres de Jesús 
y de la Bienaventurada Virgen. 

           1) Señor Jesucristo, tus caminos son hermosos y seguros para recorrerlos con rectitud y perfección; todos tus caminos son pacíficos y santos para conducir hacia tu Reino celestial a todos tus fieles y los humildes de corazón.         

martes, 7 de julio de 2015

Julio 7

             6) El hijo. Amadísima María, yo sé que soy muy impuro y del todo indigno de ver a tu Hijo. Pero no puedo en absoluto permanecer callado, porque me siento impulsado por la gran inclinación a manifestar mi deseo. Yo sé que a Jesús le agrada ser rogado, y también sé que a ti te agrada ayudar al que ruega: por eso, no puedo fácilmente dejar de rogar...

lunes, 6 de julio de 2015

Julio 6

            5) La Madre. Si quieres ver a Jesús, debes tener ojos puros y límpidos; debes comportarte con devoción y humildad en todas tus cosas; debes renunciar a todas las realidades terrenales y despreciarte a ti mismo.

domingo, 5 de julio de 2015

Julio 5

          4) Muéstrame, pues, a Jesús, y ya no necesito ver ninguna otra cosa. No pido ni deseo otro aliciente fuera de Jesús, tu Hijo, mi refugio particular, tu único gozo. Oh mi Señora, Santa María, ardo en deseos de ver a Jesús, a quien tú amas antes de todo y por encima de las demás cosas. Mi corazón desea a Jesús, mi afecto invoca a Jesús.

Julio 4

      Mi alma desea ver a Jesús, porque sé que él es mi bien. Muéstrame el tesoro escondido que reservadamente guardas junto a ti. Yo creo que Jesús es el Hijo unigénito de Dios y el primogénito de tu fecunda virginidad. Confieso que es mi Dios, mi Creador y Redentor, que nació por mi salvación. A él le ruego, por tu medio, poderlo ver y adorar con reverencia. Tú lo envolviste en pañales, por lo cual no es fácil para los extraños verlo y reconocerlo. Por eso, ¿quién podría observarlo, si tú no te dignaras mostrarlo? En efecto, sólo por tu medio tenemos acceso al Hijo y por medio del Hijo al Padre.

viernes, 3 de julio de 2015

Julio 3

         2) Que te alaben el cielo y la tierra, que toda su belleza te exprese su agradecimiento. Que mi alma te alabe, carísima Señora, que lo más íntimo de mi ser se regocije por completo delante de ti con suma reverencia. La lengua no es capaz de cantar tus alabanzas, ni la mente de meditar tus grandezas. Por eso, me arrodillo humildemente ante ti, oh María, Gran Madre de Dios. Acoge mis plegarias y escucha con maternal afecto los deseos de mi corazón.

jueves, 2 de julio de 2015

Julio 2

Capítulo VI

María nos muestra a su Hijo Jesús

          1) El Hijo. Regocíjate hoy, Santa María, porque das a luz los gozos de la nueva alianza; regocíjate, Madre Intacta, porque continúa tu virginidad florecida de gloria; regocíjate, Madre Virgen, porque fuiste preservada de la maldición y del oprobio de las mujeres. Puedes con justicia regocijarte en Jesús, tu Salvador, porque le brindas calor en tu seno y depositas con tus manos en el pesebre a aquel que los cielos no pueden contener. Con justicia adoras al que nació de ti en el tiempo, pero que -como bien sabes-, por encima de ti tiene a Dios como Padre. Con justicia le proporcionas los cuidados maternos, y dado que por su gracia llegaste a ser tan sublime y celestial, tu espíritu se regocija por encima de todas las cosas.

miércoles, 1 de julio de 2015

Julio 1

             11) El mismo Jesús entró en esa fortaleza, asumiendo de ella los sagrados miembros de su cuerpo, con el fin de vencer al príncipe de las tinieblas. Tú también, entonces, entra para refugiarte a la sombra de esta fortaleza, rogando día y noche ser salvado, por los méritos de la Santísima Virgen, de todos los males que te amenazan, manteniéndote a buen seguro bajo el amplio manto de nuestra Señora, ya que, cuando María ruega, desaparece toda horda maligna. Si María te ayuda, te salvarás de todo peligro. En ella encuentra refugio el pobre; halla remedio el enfermo; encuentra consuelo el aflijido; recibe consejos el vacilante; encuentra energía el descorazonado. Será un bien, mejor dicho, un gran bien para ti, si lo merecieras y si fueras propenso y dócil a los deseos de María, porque recibirás sus favores aquí en la tierra y la gloria con todos los elegidos en el cielo. Estréchate a María y no la sueltes, hasta que te haya conducido con su feliz orientación a la mansión del cielo. Amén.