domingo, 30 de agosto de 2015

Agosto 30

Tierna jovencita

Cuán bella eres, tierna jovencita,
cuán delicada y exenta de mancha,
cuán poderosa y eterna Reina,
según atestiguan tus numerosos milagros.

Tú fuiste el vellón sobre la era,
Arca de la alianza, Torre de marfil,
sé tú nuestro escudo salvador,
grano puro sin cáscara.

Dignísima Hija de David,
Virgen la más bella entre las mujeres,
ciudad real y torre fortísima,
defiéndenos de la mala muerte.

sábado, 29 de agosto de 2015

Agosto 29

Gema de pudor

María, fidelísima guardiana
de su propio pudor,
como tórtola huía,
y en la soledad del corazón vivía
como en pequeño nido de candor.

Guiaba sus pensamientos
con santa meditación,
hacia la posesión de consumada virtud
y hacia los frutos de contemplación.

Así la dulcísima María
era amiga del sosiego,
gustaba de permanecer en casa
en vez de salir a la calle.
La muy humilde María
odiaba los tumultos,
huía de las aglomeraciones
para no sufrir detrimento
ni en su alma ni en su buen nombre.

Gema de pudor,
concédenos vivir así.

Agosto 28

Los dolores de la Virgen

Bajo la cruz se sienta, en llanto,
la Madre de Dios,
mientras acerca a Jesús hacia su casto regazo;
¡cómo llora al mirar el rostro
de su Hijo dilacerado!

Besa con sus piadosos labios
las rojas llagas de Jesús,
estrecha con ambos brazos
sus hombros y sus flancos.

Oh María, roja rosa,
blanco lirio,
dulce, pía, amorosa,
aplaca a tu Hijo.

Feliz, lo diste a luz
entre angelicales cantos;
ahora, desprendido de la cruz,
lo estrechas con dolidos brazos.
Alma piadosa,
compadece a Cristo y a su Madre,
si deseas gozar
con ellos en el cielo.

Jesús, Hijo de Dios, apiádate de mí
por las preces de tu devota Madre;
sálvame por tu cruz,
llévame contigo al cielo hacia la verdadera luz.

Tú, que al ladrón conpungido
prometiste el paraíso,
perdóname a mí, pecador,
redimido por tu sangre.

Hijas de Jerusalén,
vengan y vean;
conviértanse al Crucificado
y pónganse a llorar.

jueves, 27 de agosto de 2015

Agosto 27

La Navidad

Todo el mundo esté de fiesta
con alegría y corazón puro,
sin mancha y sin vicios,
porque es el día del Señor,
que ha nacido de la Virgen.

En el parto de María,
Madre pía,
que el pueblo se alegre 
y cada cual le rinda
las más sentidas loas.

Disfruta, hombre, en la tierra
con alborozo y entusiasmo,
dale gracias al Divino Hijo
porque por su auxilio
quedas limpio de la culpa.

Alabanza a ti, feliz Madre,
en cuyo regazo virginal,
nacido por obra del Paráclito,
sin intervención de varón,
el Supremo Creador del mundo
encuentra su descanso.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Agosto 26

María prefigurada

Ave Reina celestial,
admirablemente constituida emperatriz
por la Triple Majestad Divina.

El Rey de los ángeles y de los santos,
atraído e impresionado
por el perfume de tus virtudes,
descendió dentro de ti.

Tú, alabanza de Padres y Profetas,
tú, de muchas Escrituras
brillante comentario, y embrujo de los corazones
a causa de tu dulzura.

Puerta cerrada, jamás abierta,
atravesada y siempre clausurada:
te describió Ezequiel como te vio.

La zarza en llamas sin consumirse,
que fue admiración del profeta,
te cantó casta y parturienta.

Son figuras tuyas
la vara seca aunque florecida,
el vellocino de Gedeón bañado
en celestial rociada.

Por ti, Ester, a Mardoqueo
el justo judío salva al rey,
y ejecuta a Amán el reo
a causa de su delito.

Con la espada de Judit
abates la soberbia de Holofernes,
que amenaza con la ruina de Judá.

Por el supremo Rey coronada,
Madre clemente, dulce y cara,
sé nuestra Abogada, Virgen Pía.

Bendigamos y alabemos a Jesús,
que su Madre María
bendijo en Dios por la eternidad.

martes, 25 de agosto de 2015

Agosto 25

Poesía sobre la Bienaventurada Virgen

Ave bellísima Reina,
a quien por gracia divina
exaltó la Trinidad,
la que ni antes ni después 
hizo otra más grande.
En tu juventud, 
por tus probadas virtudes
el Rey de Reyes, sumo y eterno Dios,
te eligió como esposa.

Un ángel te invitó.
oh maravilla,
tanto le agradaste.
Y cuando dijo:"Llena de gracia",
como Virgen concebiste,
y Virgen permaneciste.

Y exclamaste: "Hágase en mí
según tu palabra".

Salud y alabanza de padres y profetas,
comentario de muchas Escrituras,
puerta atravesada y siempre clausurada
de Ezequiel.

Como la zarza que Moisés observó
encendida sin consumirse,
así das a luz al Emanuel,
Virgen que no conoces varón.

Como floreció la vara seca de Aarón
contrariando las leyes naturales,
como el vellocino de Gedeón
maravillosamente se empapó
de rocío celestial,
así en la salvaguarda del pudor,
en la ausencia de dolor
y de la intervención de varón
tú diste a luz, como atestigua Gabriel.

Salve Ester, por tu intermedio
el rey salvó a Mardoqueo,
matando a Amán el reo.
Tú, Judit, muestras la cabeza
cercenada de Holofernes,
que soberbio soñaba con dispersar
al pueblo de Judá.

Reina, madre del sabio Salomón
que gobierna en Sión,
a cuya diestra estás sentada
como nuestra Abogada,
Virgen clemente y pía,
protégenos, María. Amén.

domingo, 23 de agosto de 2015

Agosto 24

Capítulo VI

Cantos a María

Quién es María

María es el traslúcido vaso
del Espíritu Santo Paráclito,
la gloriosa ciudad de Dios,
la mujer de las virtudes
que aplastó a la viperina cabeza.

Más esplendorosa que el sol, 
más encantadora que la luna,
más rutilante que la aurora,
con más claridad que las estrellas.

A ella pecadores y devotos
acudimos, entre golpes de pecho,
diciendo:"Santa, Santa, Santa maría,
nuestra Señora clemente y pía,
haznos participar por tus ruegos
de la gloria del cielo".

Agosto 23

          11) Ahora te saludo, oh Virgen María; te saludo de rodillas y con intensa devoción, agradeciéndote con las manos juntas. Además, para que recibas y escuches mi fervorosa oración, te saludaré una vez más con aquel devoto homenaje: "Ave María, llena de gracia, el Señor es contigo, tú eres bendita entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesucristo. Amén".

sábado, 22 de agosto de 2015

Agosto 22

          10) Acepta, entonces, la oración que tu servidor recita ante ti, y mírame, misericordiosísima Madre de Jesús, amadísima Virgen María. Acuérdate siempre de mí, puesto que si yo alguna vez me olvido de ti, quedo por ellos muy apenado. No te olvides nunca de mí, tú que has generado la misericordia para todos.

Agosto 21

          9) Recibe luego al alma que se aleja de este destierro, e introdúcela a través de las puertas del cielo a los dichosos lugares del paraíso. Colócame junto a ti y habla en mi favor al Hijo tuyo, Rey de los siglos, con palabras buenas y suaves, tú que recibiste aquel saludo santo y bendito de la boca de Gabriel. Por su poder dígnate protegerme en vida y en la muerte, y haz que yo pueda manifestar a menudo, con reconocimiento y con devoto corazón, tu alabanza y la gloria de tu dulce y bendito nombre.

jueves, 20 de agosto de 2015

Agosto 20

          8) En este momento, protege a mi alma de los espíritus inmundos y espantosos, para que no se atrevan a acercarse; dígnate visitarla con tu dulce presencia, junto a la multitud de los ángeles y de los santos. Antes de que yo deje este mundo, comprométete también a aplacar con tus purísimos ruegos a tu divino Hijo, al que tantas veces y tan gravemente he ofendido con mis pecados.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Agosto 19

          7) Cuando llegue para mí el último día, que yo ignoro, y la hora de mi muerte, que tanto temo pero que no puedo eludir, tú, clementísima Señora, mi gran confianza en cualquier dificultad y sobre todo en la hora de la muerte, acuérdate de mí. Y asísteme cuando termine mi vida, confortando a mi alma azorada.

Agosto 18

          6) Además, oh María, gloriosísima Madre de Dios, desde este momento y hasta la última hora de mi vida, te ruego que no te canses nunca de mirarme con semblante sereno y propicio y también con dulcísimo afecto, y que jamás sientas fatiga de velar por mí. Ponme bajo tu protección y extiende tus santísimos brazos sobre mí, cualquiera sea el lugar adonde yo fuere.

lunes, 17 de agosto de 2015

Agosto 17

          5) En virtud de esa clemencia y generosidad, me refugio bajo tu amparo, donde los débiles adquieren fuerza y los presos obtienen libertad. Sé para mi corazón Madre buena y misericordiosa, para que pueda experimentar con felicidad que eres la consoladora de todos y el aliciente de los que te sirven.

domingo, 16 de agosto de 2015

Agosto 16

            4) Por tu clemencia y por tu dulzura, siento aún surgir en mí la grande y fuerte esperanza de poder impetrar cuanto antes la gracia y el pleno perdón, merced a tu intervención y a tu mediación. ¿Y qué otra cosa podría desear de tu parte, misericordiosísima Madre y dulcísima Virgen, fuera de sentirme perdonado de todos los pecados con amor y misericordia?

Agosto 15

          3) Madre excelsa, demasiado sé que no soy digno de alzar mis impuros ojos, a menudo manchados por la concupiscencia de la carne y por la soberbia de la vida, hacia tu limpidísimo rostro, radiante de luz divina, admirado por toda la milicia celestial. En todo tú luces espléndida, ornada maravillosamente de cándidos velos y rosas rojas y florecillas de oro. Por eso quedo confundido por mi impureza, pensando tristemente en mi indignidad.

viernes, 14 de agosto de 2015

Agosto 14

           2) Tú lo has merecido, dignísima Madre de Dios, porque fuiste hallada la más humilde entre las hijas de Jerusalén y fuiste agradable a los ojos del Señor, Virgen estimadísima, dado que no se encontró en la tierra ninguna semejante a ti. Por lo tanto, me inclino una vez más ante tus pies, deseando saludarte y alabarte como es debido con labios devotos y corazón puro.

Agosto 13

 Capítulo V

Oración a la bienaventurada Virgen
para la hora de la muerte

           1) Amabilísima Madre de Dios, siempre Virgen María, rica más allá de todo límite de una dulzura tan conspicua, que la mente humana no puede comprender ni expresar, yo, humilde servidor tuyo, me inclino sumisamente y con todo el afecto del corazón delante de tu gloriosísimo trono, ensalzado por todos los coros angelicales en el Reino de los cielos.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Agosto 12

        10) Lo que advierto de hermoso y atractivo en las criaturas, lo que admiro de grande y de virtuoso en los santos, todo ello deseo compararlo con tu excelsa grandeza, porque es justo, como asimismo para todas las otras criaturas junto a mí, que lo transfiera en perpetua alabanza a ti, a quien he elegido como mi singular Madre y también fidelísima Abogada, a fin de merecer, después de esta vida, la gloria de tu bendito Hijo Jesucristo. Amén.

martes, 11 de agosto de 2015

Agosto 11

           9) ¡Oh dulcísimo nombre de María, nombre de salvación y de gracia, que debe ser siempre recordado, pensado, pronunciado y venerado! Nombre celestial y verdaderamente angélico, que de la boca del evangelista ha sido piadosamente revelado a los fieles:" Y su nombre es María" (Lc 1, 27). Oh María, santísima y dignísima de toda alabanza, tú eres la puerta del cielo, el templo de Dios, el sagrario del Espíritu Santo.

Agosto 10

           8) Suba a ti, entonces, mi pobre oración, oh nobilísima Señora, y pueda remontarse hasta tus oídos mi clamor, para que te dignes patrocinar mi causa ante tu Hijo, ya que, de por sí, nadie puede constar como justo por su propio juicio.
        Oh clementísma Señora, por el inmenso amor y la profunda confianza que siento por ti, te he manifestado mis necesidades y te las manifestaré todavía. Experimento efectivamente que dimana de ti un gran poder, y el recuerdo de tu nombre será siempre el aliciente de mi alma.

domingo, 9 de agosto de 2015

Agosto 9

           7) ¡Qué bella y amable eres, mi Señora, Santa María, llena de toda gracia! Si alguien pudiese contar las estrellas del cielo, podría también enumerar tus virtudes, ya que así como son distantes los cielos de la tierra, igualmente dista tu vida de la vida de los hombres, y la brillantéz de tu gloria resplandece muy por encima de los coros angelicales.

Agosto 8

          6) Hoy me entrego confiadamente a ti, y deseo que esto sea confirmado para siempre por tu medio. Para vencer mi debilidad, basta con mantenerme en estrecha unión contigo. Por eso me alegraré y me consolaré profundamente en ti, y cantaré con júbilo las alabanzas de tu santo nombre.

viernes, 7 de agosto de 2015

Agosto 7

         5) Por lo mismo, no quiero llamar "madre" a ninguna otra en la tierra. Me rehúso a tener otra fuera de ti, Madre de Dios. No hay otra que pueda compararse contigo, por virtud, por belleza, por caridad y mansedumbre, por piedad y dulzura, por fidelidad y consuelo maternal, por misericordia y por tantos gestos de compasión.

jueves, 6 de agosto de 2015

Agosto 6

          4) Pero, ¿quién ayudará a mi corazón a escucharla siempre? ¡Qué dulces son tus palabras! Habla, Señora mía, al corazón de tu servidor, pues tu servidor te escucha. Yo soy servidor tuyo y servidor de tu Hijo. Pero digo más: tú eres mi Madre y Jesús es mi hermano. Me atrevo a añadir esto, porque tú lo has engendrado no sólo para ti, sino para todo el mundo.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Agosto 5

          3) Si tú, mi muy gloriosa Señora, estuvieras conmigo, ¿quién podría estar en contra de mí? Y si me concedieras la gracia, ¿quién podría rechazarme? Abre ampliamente tus brazos hacia mí, en este momento, y en ellos encontraré refugio. Di a mi alma: "Yo soy tu Abogada, no temas. Como una madre consuela a su hijo, así yo te consolaré". Esta es tu voz, dulce María.

martes, 4 de agosto de 2015

Agosto 4

          Oh María, dulce y querida Madre: eres la fulgidísima Estrella del mar, que consuelas a los que te miran y te invocan, y nos conduces con rapidez al puerto de serenidad. Por lo tanto, hoy me dirijo a ti, y te suplico que me ayudes, puesto que todo lo que pidieras, lo obtendrás fácilmente de tu Hijo.

Agosto 3

Capítulo IV

Oración a la Bienaventurada Virgen María
cuando surge una tribulación

          1) Ave María, llena de gracia, el Señor es contigo, Virgen serena. Ave, particular esperanza de los necesitados. Ave, Madre benigna de los huérfanos. Oh María, cuando están cerradas todas las puertas del cielo y se me niega el acercarme a Dios a causa de mis pecados; cuando el buen ánimo y la fuerza de la mente me abandonan, y en nada puedo ya encontrar ayuda; cuando el tedio de la vida presente y la ansiedad del corazón me fuerzan de tal modo que ya nada me agrada en este mundo; cuando desaparece el estímulo del consuelo celestial y me oprime la agobiante desolación; cuando surgen los vientos de las tentaciones y se levantan los movimientos de las pasiones; cuando sobrevienen una imprevista enfermedad u otras adversidades; cuando todos estos hechos se vuelcan sobre mí, ¿adónde huiré y a quién me dirigiré fuera de ti, benignísima Consoladora de los pobres? ¿A quién pediré ayuda para llegar al puerto de la salvación, sino a la fulgidísima Estrella del mar, siempre esplendorosa, que no oculta jamás la gracia de su luz?


domingo, 2 de agosto de 2015

Agosto 2

          10) "He aquí a tu Madre". Abraza, pues, alma mía, esta recomendación. Abraza a la dulcísima María, abraza a la Madre de Dios con su Niño Jesús, el más hermoso entre los hombres; agradécele siempre, porque es ella quien escucha las oraciones de los pobres y no permite que se marche sin consuelo ninguno de los que delante de ella vio rezar con perseverancia. Esta es la Virgen María, Madre de Dios, la mística vara que, brotada de estirpe real, alumbró al almendro de la flor divina, Jesucristo, Rey y Salvador de todos, al que debemos tributar honor y gloria por los siglos.

sábado, 1 de agosto de 2015

Agosto 1

          9) Que penetre, que penetre esta voz amiga en los oídos de mi corazón; y que a través de las suaves palabras de tu boca se me transmita al mismo tiempo algún consuelo sobrenatural del Espíritu Santo. Asuma mi corazón nueva confianza; aléjese el temor; no me turbe después la ambigüedad; no me atormente la desesperación con sus diversas tentaciones, pero fortalézcanme las palabras que he rogado escuchar de ti y confiarlas con más atención a mi corazón.

Julio 31

          8) Qué deseable, qué importante y qué gozoso será para mí escuchar las palabras de la Madre de mi Señor Jesucristo. ¿Cuáles palabras? Palabras benignas, muy dulces y amistosas, como las que oyó el apóstol Juan de boca de su amado Maestro, tu Hijo, al decir: "Aquí tienes a tu Madre". Él lo oyó decir de labios de su Señor, pero yo deseo escucharlo de los tuyos, Señora mía, en mi espíritu y en mi mente devota. Dime, entonces: "Aquí tienes a tu Madre; heme aquí, soy yo". Que, al sonido de tu dulcísima voz, mi alma se conforte y se regocije en tu presencia, como suele regocijarse un hijo que ha encontrado a su madre.