martes, 30 de junio de 2015

Junio 30

                  10) Lamentablemente, después de haber gustado por breve tiempo los divinos consuelos, la debilidad de la carne te empuja una vez más a bajar a este valle de lágrimas. Pero entonces tienes que recurrir con todas tus fuerzas a la Madre de las abundantes misericordias, para que sugiera a su Hijo compasivo que tú no tienes más vino y necesitas el sagrado ungüento de la devoción para poder alabarlo dignamente. Es él, en efecto, el que toma a su cuidado a los pobres, a los que desprecian el mundo y a los que en el mundo son despreciados a causa de Jesús y del evangelio del Reino. Por lo cual es muy útil saber dónde encontrar refugio contra el enemigo, al reparo de los agudos dardos, y dónde refugiarse del frío y de las tempestuosas tribulaciones. No hay lugar donde refugiarse más seguro que en el regazo de María, ni cabalgadura más veloz para huir de las manos del tentador que una oración dirigida con fe a la fortaleza de María, nuestra Reina.

Junio 29

                    9) Sé reconocido a los beneficios que Dios gratuitamente ha concedido a todo el género humano por medio de su Santísima Madre, y tribútale a ella continuamente gratitud y honor, puesto que, si la ley natural ordena tener respeto y amor por los progenitores carnales, mucho más los hijos de la Iglesia deben sentirse agradecidos y obligados respecto de su Madre espiritual, y amar a la Madre de Dios más que a todos los parientes y allegados. Es necesario que aprendas a elevarte hacia Dios con María por medio de alabanzas y plegarias. Es necesario que te apoyes confiadamente en su patrocinio, sin creerte seguro con tus fuerzas, para que tu mente, agobiada por las pasiones, no quede enredada en las bajezas, sino que, enardecida cada día por nuevos deseos, pueda tender libremente hacia lo alto, donde reina felizmente con Jesús, Rey de los ángeles, la dulce Virgen María, gloriosa Reina del cielo.

domingo, 28 de junio de 2015

Junio 28

           8) Ruega por tus amigos y benefactores; ruega también por tus detractores, para que a los buenos se les conceda una gracia adecuada, a los enemigos un juicio con equidad, a todos la paz y la misericordia de Cristo. Ruega con el fin de que todos los hombres, por los cuales Dios realizó tantas maravillas y se rebajó, sometiéndose humildemente a María y a José, lo amen, practiquen sus mandamientos y den gloria a su Creador.

Junio 27

          7) Después de haber escuchado el elogio de sus alabanzas, imita tú también a la Madre de Dios, para que puedas merecer el formar parte del número de sus devotos. Esfuérzate por seguir cuidadosamente a María Santísima en sus celebradas virtudes, y conseguirás la palma de la gloria celestial. Entristécete mucho por tus pasadas negligencias y por los defectos aún no vencidos, con los que has ofendido a Dios y a todas las criaturas. Obraste mal en esta tierra y te portaste con tibieza en el servicio de Cristo, por lo cual debes llorar ante todo a causa de ti mismo y luego, por caridad, a causa del prójimo. Por lo tanto, compadécete de aquellos que en los peligros se comportan mal y no lo advierten. Muchos, aun reconociendo sus propias maldades, no se enmiendan. Por estos es necesario afligirse y rezar, para que Dios les conceda el espíritu de compunción para poder salvarse.

Junio 26

           6) Una vida alejada del bullicio del mundo y de los malos deseos siente una sed constante y siempre más intensa de que se le introduzca en los coros de los ángeles, se eleva por encima de las realidades presentes y arde en deseos de gozar de la Suma Trinidad en la eterna gloria. Gloria que ningún santo en esta vida saboreó anticipadamente con mayor intensidad que la bendita y gloriosa Virgen María, constituida como medianera más eficaz que todos aquellos que contemplan y bendicen a Dios.

viernes, 26 de junio de 2015

Junio 25

            5) Nadie puede expresar el gozo de María, nadie está en condiciones de comprender la abundancia de su dulzura y la grandeza de su consuelo, porque donde más sobreabunda la gracia, más sobreabundan la alegría y el consuelo, y también Dios con mayor frecuencia suele efectuar sus visitas. De lo cual se sigue que siempre más fervorosamente aumenta el amor por la alabanza de Dios y se renueva toda la vida interior del hombre. Por lo tanto, la gracia celestial no permite que un cristiano, que ama a Dios sobre todas las cosas, viva sin consuelo interior, sino que lo eleva de continuo a los bienes celestiales y lo ilumina sabiamente acerca de lo que conviene hacer. Lo enardece en las santas meditaciones y lo impulsa al agradecimiento, puesto que cuanto más grande es la gracia y más pura la vida, tanto más jubilosa es la conciencia y más devota la plegaria.

Junio 24

            4) Si quieres conocer más a fondo cuáles y cuántos sufrimientos aguantó María en la persecución y en la pasión de su amado Hijo, sabrás que bebió hasta la última gota el cáliz de tantos amargos pesares como los que bebió Jesús en cada instante de su vida y a causa de todas heridas infligidas a su cuerpo. Efectivamente, ¿cuándo Jesús tuvo que sufrir de parte de los hombres contrariedad y desprecio, sin que también ella los sufriese por compasión? Si ella sufrió, cuando perdió a Jesús sólo por algún día, ¿cuánto no habrá llorado al verlo crucificado y luego muerto? Los que aman a Jesús saben bien que el afecto maternal de María superó en el sufrimiento al de todas las almas piadosas. Por lo cual, si quieres conocer la violencia del dolor en la Madre, piensa en la vehemencia del amor en la Virgen.

jueves, 25 de junio de 2015

Junio 23

          3) La Virgen Bienaventurada sufrió muchísimo por los errores del mundo y por la perversidad de tanta gente; se compadeció de los que estaban verdaderamente arrepentidos o duramente tentados. Se afligió por la enorme ingratitud de los hombres, para quienes Dios Padre, había mandado a su Hijo unigénito, encarnado por amor, a fin de que reconquistaran el paraíso, que un día habían perdido por el pecado de Adán. Se apesadumbró por la condenación de los malos, que, despreciando la palabra de Dios preferían el mundo antes que el cielo, y perseguían las falaces riquezas en vez de las auténticas virtudes. Sufrió por la persecución de los inocentes y la violencia de los malvados, por el desprecio de los pobres y la altanería de los soberbios, por el descuido del culto divino y la transgresión de los mandamientos de Dios. Y constituía para ella motivo de profundo padecimiento el hecho de que el mundo entero estuviese sumergido en el mal y fuesen pocos los dispuestos a recibir la luz eterna, encendida en el mundo por medio de ella, Madre de inmensa piedad. Tuvo para con todos grandísima paciencia y llevó una vida repleta de sufrimientos, al mismo tiempo que rogaba con lágrimas y sollozos por la salvación de las almas.

Junio 22

          2) Ama a María, entonces, y recibirás una gracia especial; invoca a María, y obtendrás victoria; honra a María, y conseguirás la eterna recompensa. Acarrea dos beneficios especiales el vivir con ella: enseña a agradecer a Dios desde lo profundo del corazón, cuando las cosas andan bien; y a soportarlas con paciencia, cuando andan mal. Ella fue la primera en agradecer continuamente y con todas sus fuerzas a Dios, por los beneficios que recibió de él más que todos los otros; y se portó siempre con mansedumbre en todos los sufrimientos de este mundo, prefiriendo constantemente las cosas más humildes a las que connotan jactancia. No vivió un solo día sin dolores y, sin embargo, en medio de las angustias, nunca careció de gran consuelo, porque toda tribulación abrazada por Cristo produce dulzura y alegría, y con cuanta mayor frecuencia uno es tomado como blanco y herido por el mal, tanto más merece ser ayudado.

lunes, 22 de junio de 2015

Junio 21

Capítulo V

Dolores y consuelos de María.

            1) Debes meditar con gran tesón los ejemplos de la amable Virgen María, la que, como exquisita mirra, produjo perfumados frutos de paciencia, y fue henchida de manera suavísima, en sobreabundante medida, de consoladoras dulzuras divinas. También tú encontrarás grandísimos consuelos, si llevas en el corazón el nombre de María. Mientras estés bien con ella, sacarás muchas ventajas, porque su amor expulsa todo ardor de la concupiscencia carnal, da el alivio de la castidad; induce a despreciar el mundo; hace servir a Cristo en la humildad; ahuyenta a toda mala compañía y educa para una vida casta y religiosa.

Junio 20

            8) Por eso, cualquier fiel y devoto, que desea evitar los naufragios del mundo y alcanzar el puerto de la salvación eterna, tiene que refugiarse en María, nuestra Señora, cuya inconmensurable bondad es experimentada de modo particular y con mayor fuerza por los desgraciados. Por lo mismo, es justo esperar de ella incluso los más grandes dones. En realidad, la misericordia creció en ella desde la infancia. Y, por cierto, no la abandonó cuando subió al cielo; antes bien, la colmó de sí con mayor abundancia y suavidad. Por lo cual no podrá jamás olvidar a sus pobrecitos. Aunque sea la más grande de todos y se encuentre inmersa en gozos que la hacen tan feliz, no se olvida jamás de su humildad, por la que mereció ser enaltecida por encima de los demás. Ella sabe inclinarse aun hacia los más pequeños entre sus servidores y es feliz de que se la considere abogada de los desgraciados y se la invoque como Madre de los huérfanos. Amén.

Junio 19

           7) Por consiguiente, el nombre de María ha de ser venerado y amado por todos los fieles, preferido por los religiosos, recomendado por los laicos, inculcado a los pecadores, sugerido a los enfermos e invocado por todos en los peligros, puesto que María es la más cercana a Dios y la más cara a su bendito Hijo Jesús. Es, por lo tanto, omnipotente por gracia para interceder a favor de los desgraciados hijos de Adán, a fin de que el Señor pueda perdonarles las culpas y socorrerlos en las ocasiones de riesgo. Si la ocasión se presenta, María no dejará por cierto de pronunciar una buena palabra al oído de su Hijo y de implorar misericordia por los necesitados. Y, en toda causa confiada a ella, es inmediatamente escuchada por su singular dignidad, dado que su amoroso Hijo Jesús, autor de la salvación del género humano, la honra no negándole nada.

domingo, 21 de junio de 2015

Junio 18

           6) Cuenta con numerosos aliados y la obedecen los coros de los ángeles, a los que puede mandar en ayuda de los abandonados. Ordena a los demonios, para que no se atrevan a tentar a ninguno de los que les han pedido auxilio y se han puesto bajo su protección. Los espíritus malignos tienen terror a la Reina del cielo y emprenden la fuga apenas oyen su santo nombre, como si huyeran del fuego. Sienten espanto del sagrado y temible nombre de María, mientras que él resulta sumamente e invocado en todas partes por los cristianos; no osan hacerse visibles ni ejercer su nefasto poder allí donde saben que brilla el nombre de María Santísima porque, al sólo oír este nombre, se desploman violentamente al piso, como si cayera un rayo del cielo. Y cuanto más frecuentemente se invoca este nombre con amor y fervor, tanto más velozmente y más lejos huyen ellos.

miércoles, 17 de junio de 2015

Junio 17

           5) María está colmada de delicias y siempre es alegrada por los cantos de los ángeles; sin embargo, disfruta cuando los creyentes se ponen a su servicio, porque así se difunden en mayor escala la gloria de Dios y la salvación de los indigentes; compadece los sufrimientos de los atribulados; socorre en los peligros a los que son tentados, y escucha las oraciones de los devotos. Si alguien se dirige a ella sin vacilaciones y con humildad, invocando su dulzura y glorioso nombre, no se alejará con las manos vacías.

martes, 16 de junio de 2015

Junio 16

           4) Que el servicio a María nunca te parezca largo ni pesado, porque servir con el corazón y la palabra a semejante Reina proporciona deleite y alegría. Te procurará, además, una notable recompensa por cualquier acto, aunque mínimo, que hicieras en su honor. La humilde Madre no menosprecia las humildes atenciones; la piadosa Virgen acepta de buena gana aun los modestos obsequios, cuando se ofrecen con espontaneidad y devoción. La dulce Reina y Señora misericordiosa sabe bien que no somos aptos para ofrecerles grandes cosas, ni exige de sus pobres servidores actitudes imposibles. No busca ni necesita nuestros bienes María, a cuya indicación obedece el paraíso. Ella quiere nuestro bien, cuando busca nuestro servicio; desea nuestra salvación, cuando nos pide que la alabemos; persigue la ocasión de ayudarnos, cuando nos incita a honrar su nombre, puesto que se complace en renovar a sus servidores. En suma, es fidelísima en las promesas y muy generosa en los dones.

lunes, 15 de junio de 2015

Junio 15

          3) Si reconoces tus errores, cambia tu vida para mejorarla; persevera en el bien y dale devotamente gracias a Dios por sus dones. Hizo otro tanto la Bienaventurada Virgen María, colmada del Espíritu Santo, cuando gestaba a Jesús en su seno. A ejemplo de su mansedumbre, aprende a soportar con paciencia las cruces que encuentres, sometiéndote a la voluntad de Dios, tal como él lo ha establecido desde toda la eternidad. Jesús será tu fuerza y María tu fidelísima Madre, si te comportas como hijo dócil y como servidor devoto, siempre dispuesto a hacer el bien. ¿Quiéres practicar lo que agrada a la Virgen Bienaventurada? "Se humilde, paciente, sobrio, casto y púdico; fervoroso, manso, profundamente devoto, sean raras tus salidas, lee y escribe, pero más a menudo ruega".

domingo, 14 de junio de 2015

Junio 14

          2) Seguramente querrás gozar en el cielo con María, pero tienes que soportar de buena gana con María también la pobreza y el desprecio en la tierra. Reflexiona acerca de sus humildes costumbres y su virginal reserva con las amigas; refrena tus ligerezas y huye del bullicio. No ofendas a Jesús y a María con discursos frívolos y con acciones indignas, porque no es asunto de poca monta ofender a amigos tan queridos. Ellos están a tu lado, en todo lo que hicieres; y, en la medida del empeño con que te esfuerzas en enmendarte, acudirán a tu encuentro con su auxilio. Su prudencia es superior a tu malicia y su benignidad te conducirá a la penitencia.

Junio 13

Capítulo IV

Recuerdo y devoción de María.

          1) María es amiga de la pobreza, el camino de la humildad, el modelo de la paciencia y de la perfección en todo. Desde el nacimiento de Jesús llevó una vida muy pobre, y hasta la muerte de él en cruz fue siempre paciente. Es dulce seguirla, es justo horarla con humilde y devoto homenaje; se debe pensar cada día en lo que se le puede ofrecer dignamente en señal de gratitud y de amor.

Junio 12

           12) Oración. A tí, Señor Jesús, y a tu Santísima Madre María, encomiendo mi alma y mi cuerpo para que los guarden para la vida eterna. Oh Jesús y María, mi única esperanza, que en toda tribulación y angustia me socorra su piedad. Ustedes son mis poderosísimos patronos, dignos de ser amados más que todos los santos. Yo, pobre y peregrino en esta tierra, no tengo a nadie, entre todos mis amigos y conocidos, que sea tan fiel y tan amado como ustedes, en quienes confío.

Junio 11

          En cada momento implora a Jesús y a María, que te defienden de los enemigos del alma y del cuerpo, y conceden los goces eternos a quienes son sus servidores. Recurre a Jesús y a María en toda necesidad, manifestándoles tus pedidos, confesándoles tus culpas y deplorando los pecados cometidos. Pide perdón, abraza la penitencia, recupera la esperanza, promete enmendarte y ten confianza en la ayuda de la gracia. Si caes fácilmente en pecado, esfuérzate con diligencia en levantarte de nuevo, Jesús y María atenderán con gusto las oraciones del que los invoca, y no despreciarán el lamento de los necesitados. Hasta los ángeles estarán de fiesta cuando, de todo corazón, te hayas convertido de cualquier pecado y hayas abrazado una vida mejor, como le agrada a Cristo y a su bendita Madre. Procura tan sólo no ofenderlos, y ellos no te negarán su ayuda, ríndeles el debido honor y te tomarán a su cuidado con el mayor esmero. 

viernes, 12 de junio de 2015

Junio 10

           Es bello y dulce ponerse al servicio de Jesús y de María. Ellos fueron los primeros en ponerse a nuestro servicio con mucha fidelidad y humildad. Hijos de los hombres, sirvan al Señor, que se dignó servirlos a ustedes en tan gran medida; sirvan a la Madre de Dios, que tantos ejemplos de santo servicio les ha dejado. Es justo honrar a estos sumos patronos que pueden ayudarnos, puesto que por medio de ellos se conoce y se ejecuta la voluntad de Dios.

miércoles, 10 de junio de 2015

Junio 9

          9) ¿Acaso Jesús y María no fueron los más humildes sobre la tierra? Y, sin embargo, ¿no son los más grandes en el cielo? Jesús se hizo siervo y María se llamó sirvienta. Pero el mundo entero ha experimentado la caridad de ambos; los santos ensalzan su dignidad; el coro de los ángeles los venera. Ojalá te encuentre a ti también con ellos, para que juntos, con incansable ritmo entonemos himnos en honor del dulce nombre de Jesús y de la dulcísima Virgen María.

lunes, 8 de junio de 2015

Junio 8

           8) Los más grandes y los más devotos alaban magníficamente; los que sólo tienen un poco de aceite, que lo ofrezcan de buena gana al Hijo y lo consagren a la Madre de la gracia. Habría que hacer callar ante la excelencia de la gloria y de la dignidad del magnífico Hijo de una Madre Virgen, pero como María no desprecia a los pequeños ni a los pecadores, admitirá misericordiosamente tu alabanza dentro del coro de los que la alaban, como afirma el santo profeta: "El pobre y el miserable alabarán su nombre". Esto debía decirse, aunque brevemente, según las propias modestas posibilidades, pero con lenguaje sencillo y con sinceridad.

domingo, 7 de junio de 2015

Junio 7

            7) Para conseguir  la benevolencia del benignísimo Jesús y de su muy misericordiosa Madre, nada mejor hay para ti que humillarte en cualquier circunstancia, sometiéndote a todos, manteniéndote siempre en el último lugar y considerándote sinceramente indigno y ruin. Si en cambio te crees capaz de llevar a cabo algo bueno, toma conciencia de tu nulidad. Sólo así podrás aplacar a Dios, Jesús tendrá compasión de ti y también María rogará por ti. Serás consolado en tu humildad, y no quedarás confundido delante de ellos, sino que recibirás copiosos dones, mientras elevas cantos de alabanza. Si no eres apto para alabarlos dignamente, procede del mejor modo posible, ofreciendo lo que tengas, ya que la buena intención te ayudará hasta que estés en condiciones de proporcionar mejores obsequios.

Junio 6

             6) Feliz el que escucha con atención las amonestaciones que Jesús le dirige, para que se corrija y, después del amargo llanto, se sienta nuevamente arrobado por los dichosos éxtasis del alma. La conmiseración de Jesús es más grande que todos los pecados, y la benignidad de María no podrá agotarse jamás. ¡Oh, si tú pudieras progresar mucho en el amor de Jesús, y servir digna y devotamente a su bendita Madre María! Pero, ¿qué podrías hacer tú, que ni siquiera eres digno de pronunciar su nombre, ya que eres frágil, tibio, negligente y, por añadidura, los ofendes con frecuencia de muchas maneras? ¿Cómo podrías alabarlos, si la alabanza en la boca de un pecador no es acepta, dado que santos pueden ser solamente los que son justos y dignos? Pero entonces, ¿debes callarte o hablar? Ay de ti, si no hablaras; pero ay de ti también si hablaras con labios indignos. En suma, ¿qué debes hacer para hallar misericordia y no incurrir en pecado?

Junio 5

          5) Ellos no se olvidarán jamás de ti, mientras tú no los olvides. Pero si desgraciadamente te olvidaras o te comportaras mal, si tu devoción de antes se hubiese enfriado, tendrás que sancionarte con oportunos castigos, deplorar con amargura tus malos pasos, aprender a hablar más a menudo con Dios y a custodiar con mayor vigilancia la gracia que te ha sido dada. Acuérdate, pues, de los beneficios de Jesús y María, y lamenta tu negligencia y la grave ingratitud, en que neciamente has incurrido.

viernes, 5 de junio de 2015

Junio 4

         4) Comienza en la tierra a alabarlos, a venerarlos y a amarlos, para que puedas merecer la gracia de reinar con ellos, bendecirlos y ensalzarlos eternamente en unión con los ángeles y los santos. Es hermoso y suave alabar a Jesús, es amable y gracioso alabar a María. Alábalos en la alegría, alábalos en la tristeza, porque son dignos de toda alabanza y deben ser igualmente invocados en cualquier circunstancia. Cuanto más a menudo te ejercites alabándolos, tanto más crecerás en su amor y te robustecerás en la gracia de su devoción.

miércoles, 3 de junio de 2015

Junio 3

          3) Cada vez que estés por recitar las divinas alabanzas o por realizar cualquier acción, a solas o con los otros, eleva primeramente los ojos al cielo e invoca con ternura a Jesús y a María, poniéndote entre súplicas bajo su vigilante protección, haciendo la ofrenda de ti mismo a su beneplácito, a fin de que tu acción sea grata a Dios, útil al prójimo y meritoria para ti. Que tu mente sea siempre pura, tu voluntad decidida, discreto tu trabajo, controladas tus palabras, bien terminadas tus acciones. Que todo se desarrolle para alabanza de Jesús y de su bendita Madre.

Junio 2

      2) El cuerpo ama los buenos olores y se reanima con el sustento de los alimentos; el alma en cambio se nutre, se robustece y se regocija con sólidas virtudes y santas meditaciones. Por eso, cuanto mayor sea la dedicación para perfeccionarse bajo la guía y en la escuela de los más nobles maestros, tanto más eficazmente se aprende y, en breve tiempo, se llega al colmo de la felicidad. Ahora bien, los más grandes maestros de las virtudes y las más destacadas luminarias de toda la santidad son Jesús y María, y son los que tienes que proponer a tu pequeñez para modelos de imitación, como si estuviesen delante de ti. A ambos debes unirte, haciéndote familiar suyo, dedicándote a ellos; y, en cualquier circunstancia en que oigas hablar de los mismos, detente a escuchar con diligencia cada punto. Y luego recapacítalo largo rato, y reflexiona atentamente acerca de lo que suscita edificación y dulzura.

lunes, 1 de junio de 2015

Junio 1

Capítulo III

Efectos de la devoción a María

          1) "Mi recuerdo es más dulce que la miel" (Ecli 24, 19). Estas palabras de la Eterna Sabiduría se aplican decorosa y oportunamente a la Madre de la misericordiosa, de la que nació Cristo, sol de la justicia. Dulce es Jesús, dulce es María, porque en ellos no hay amargura alguna, sino suma piedad, mansedumbre, caridad e inmensa misericordia. Dichoso el que sigue las huellas del humilde Jesús y se dirige con devoción a su Madre, para encontrar gracia ante ellos. Por lo tanto, fidelísimo servidor de Dios, reúne en un cuaderno lo que hizo y enseñó Jesús, y te será más útil que todos los tesoros del mundo. Medita frecuentemente en las acciones y las palabras de su Santísima Madre, que serán de enorme consuelo para el alma y más perfumadas que todos los aromas.