lunes, 17 de agosto de 2015

Agosto 17

          5) En virtud de esa clemencia y generosidad, me refugio bajo tu amparo, donde los débiles adquieren fuerza y los presos obtienen libertad. Sé para mi corazón Madre buena y misericordiosa, para que pueda experimentar con felicidad que eres la consoladora de todos y el aliciente de los que te sirven.

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