jueves, 20 de agosto de 2015

Agosto 20

          8) En este momento, protege a mi alma de los espíritus inmundos y espantosos, para que no se atrevan a acercarse; dígnate visitarla con tu dulce presencia, junto a la multitud de los ángeles y de los santos. Antes de que yo deje este mundo, comprométete también a aplacar con tus purísimos ruegos a tu divino Hijo, al que tantas veces y tan gravemente he ofendido con mis pecados.

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