Gema de pudor
María, fidelísima guardiana
de su propio pudor,
como tórtola huía,
y en la soledad del corazón vivía
como en pequeño nido de candor.
Guiaba sus pensamientos
con santa meditación,
hacia la posesión de consumada virtud
y hacia los frutos de contemplación.
Así la dulcísima María
era amiga del sosiego,
gustaba de permanecer en casa
en vez de salir a la calle.
La muy humilde María
odiaba los tumultos,
huía de las aglomeraciones
para no sufrir detrimento
ni en su alma ni en su buen nombre.
Gema de pudor,
concédenos vivir así.
María, fidelísima guardiana
de su propio pudor,
como tórtola huía,
y en la soledad del corazón vivía
como en pequeño nido de candor.
Guiaba sus pensamientos
con santa meditación,
hacia la posesión de consumada virtud
y hacia los frutos de contemplación.
Así la dulcísima María
era amiga del sosiego,
gustaba de permanecer en casa
en vez de salir a la calle.
La muy humilde María
odiaba los tumultos,
huía de las aglomeraciones
para no sufrir detrimento
ni en su alma ni en su buen nombre.
Gema de pudor,
concédenos vivir así.
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