viernes, 10 de julio de 2015

Julio 9

           2) Por lo tanto, cualquiera sea el sitio al que te dirijas, cualquiera el lugar en que camines o te detengas o te establezcas, invoca a Jesús y a María, su dulce Madre, repitiendo con amor esta santa invocación: "Señor, mi Dios, dirige mi camino delante de ti", y añadiendo esta otra semejante: "Oh buen Jesús, haz que sean firmes mis pasos a lo largo de tus caminos, a fin de que no se alejen para mirar las vanidades o para discurrir acerca de temas ociosos y nocivos para mi alma". Repite esta dulce invocación incluso cuando te dispones a tomar tu alimento, y tenla siempre al alcance de tu mano, como un bastón en que apoyarte, reiterándola a menudo con devoción.

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