viernes, 29 de mayo de 2015

Mayo 29

          3) Tercer ejemplo. Dos frailes regulares caminaban juntos hacia una montaña, para visitar a parientes y a fieles en Cristo. Sucedió que se desviaron un tanto del camino justo. Entonces, el monje más anciano dijo al más joven: "Hermano, me parece que nos hemos equivocado; por lo tanto volvamos para atrás", y comenzó a rezar y a invocar a la Virgen bienaventurada, para que les enviase un práctico que indicara el camino correcto. Habiendo recitado algunas plegarias, himnos y colectas en honor de la Bienaventurada Virgen, he aquí que se presentó de improviso un hombre con aspecto de peregrino, que llevaba sobre sus hombros un bastón y un bolso de viaje. Este saludó a los dos frailes y dijo que se estaba dirigiendo hacia la montaña, para ganar la indulgencia de san Quirino. Gustosamente se unió a ellos.
          Sin demora siguieron al guía por el justo camino durante un largo trayecto, hasta que llegaron al lugar adonde tenían que ir. Entonces el fraile más anciano, comprendiendo que se les había concedido una ayuda divina, agradeció a la Virgen Santa por haber enviado a un guía que los condujera a la meta, recordando las palabras de san Pedro:"Descarguen en él todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes" (1 Ped 5, 7).

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