jueves, 7 de mayo de 2015

Mayo 7

           6) ¡Feliz e inmaculada Virgen María, dignísima de toda alabanza y honor, con la que cada uno debe sentir la necesidad de abrazarse con todo amor y respeto! ¡Espléndida piedra preciosa de las vírgenes, predestinada por Dios desde el principio y antes de todos los siglos para dar a luz en la plenitud de los tiempos al Redentor del mundo! Deseada de los patriarcas, preanunciada por los profetas, elegida de muchos reyes y de muchos justos, fuiste largo tiempo esperada por el devotísimo pueblo de Israel y, por fin, visiblemente donada al mundo enfermo por la misericordia de Dios.

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