8) Cristo entregó a san Pedro las llaves del Reino celestial; pero te estableció a ti como sustituto suyo para la Madre. Un día María se comprometió con José, pero fue confiada a ti. A él le dijo un ángel: "No temas recibir a María, tu esposa" (Mt 1, 20). Ahora el Señor de los ángeles te dicen a ti: "Aquí tienes a tu Madre" (Jn 19, 27); y así como José estuvo cerca de la Virgen en el nacimiento del Hijo, también tú debes estar a su lado en la pasión de Cristo, y durante largo tiempo después de su ascensión al cielo.
“Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.” (Apocalipsis 12, 1)
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