19) Misericordiosísimo Jesús, Hijo de María, te ruego que me concedas el don de lágrimas y que hieras mi corazón con un profundo y compasivo afecto, con el que bien sabes que estuvo acongojada tu piadosa Madre. Mírame con los ojos compasivos con que miraste a tu Madre y al discípulo Juan, que estaban junto a la cruz entre sollozos, en el momento en que encomendaste sucesivamente el uno al otro, dándoles este último adios: "Aquí tienes a tu hijo, aquí tienes a tu Madre". Te ruego que me visites con tu gracia cuando esté a punto de morir; y hazme sentir también a mí las palabras que Juan oyó desde la cruz: "Aquí tienes a tu madre", para que al oir estas palabras, mi alma no tema al "enemigo rugiente" (1Ped 5, 8).
“Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.” (Apocalipsis 12, 1)
No hay comentarios :
Publicar un comentario