20) Oh Clementísima Santa María, mi Señora, fidelísima abogada de los cristianos, te ruego por todos tus altísimos méritos, con los cuales complaciste a Dios en sumo grado; por todas las atenciones que con gran afecto tuviste hacia tu Hijo, y por todas las lágrimas que derramaste en su tan dolorosa pasión: dígnate tener compasión de mí, tomarme bajo tu cuidado con maternal amor y ponerme en el número de tus servidores, que de modo particular forman tu entorno y son los más amados por ti.
“Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.” (Apocalipsis 12, 1)
No hay comentarios :
Publicar un comentario