12) Tu nacimiento es superior a las leyes de la naturaleza; pero como este debía reparar la naturaleza, con un gran milagro supera el modo en que nacen los hombres y conforta con divino poder nuestros dificultosos nacimientos. Cuán feliz y amable es tu nacimiento, dulcísimo Jesús, Hijo de una Virgen excelsa, o sea, de nuestra eximia Madre María, el cual renueva el nacimiento de todos, mejora su condición, disipa sus prejuicios y desgarra el decreto condenatorio de la naturaleza. Y, de esta manera, el que se avergüenza de formar parte de la estirpe pecadora de Adán, puede alegrarse por su nacimiento incontaminado, seguro de haber nacido felizmente por tu gracia.
“Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.” (Apocalipsis 12, 1)
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