domingo, 22 de febrero de 2015

Febrero 22

           3) ¿Qué podría ofrecerte o entregarte, mi Señor, para retribuirte todo lo que me has dado?... En cambio, qué útil sería expiase debidamente mis pecados, manchado como estoy por tantas culpas y por tantas torpezas. Por lo cual me dirijo a ti, benignísimo Señor Jesucristo, y te ruego que des satisfacción en mi lugar y que laves con tu purísima oblación todos mis pecados, para que pueda entrar en el templo limpio y purificado, a fin de alabar por siempre tu santo nombre.

No hay comentarios :

Publicar un comentario