miércoles, 25 de febrero de 2015

Febrero 23

          4) Tú también ruega por mí, gran Madre de Dios, gloriosa Virgen María, para que me sean perdonados los pecados y se me conceda el tiempo para expiarlos, y para tener el firme propósito de merecer la ayuda de la gracia divina. Y por lo que me falta para agradecer a Dios, de todos sus beneficios, súpleme tú, piadosísima Madre, ofreciéndote a ti misma con tu amadísimo Hijo en presencia de la gloria del Padre. Que tu integridad virginal excuse mi impureza, sea de la mente como del corazón; que tu caridad inflame mi tibieza; que tu humildad rebaje mi soberbia, que tu espontánea obediencia quebrante la dureza de mi perversa voluntad.

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