6) Dígnate concederme todo esto, oh buen Jesús, que fuiste presentado en el Templo por tu humilde Madre Virgen, y fuiste tomado con alegría entre su brazos por el justo y timorato Simeón.
“Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.” (Apocalipsis 12, 1)
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