16) Por lo mismo, oh clemente Virgen María, consígueme con tus ruegos esta gracia, que es tan noble y preciosa: que yo no desee ni pida nada más que la gracia por la gracia.
“Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.” (Apocalipsis 12, 1)
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